Sorpresas nos da la vida ♪ (Lilah)

Guía a Lilah hacia la heladería, en las afueras de la ciudad. Cuando eran pequeños, solían pelearse por quien elegía su gusto de helado primero, y eso lo había lelvado a invitarla en este momento, recordar viejos tiempos. La observa, esperando ver su reacción, con una gran sonrisa idiota en su rostro.

Esboza una sonrisa ladeada al ver hacia adonde la conduce. Presiona la mano de su hermano, caminando a una rápida velocidad hacia el interior del lugar.

-¡Yo elijo primero! -exclama, niña.

Ríe entre dientes cuando la escucha. Aquella se la daría por ganada, sólo porque era un regalo de él hacia ella. -Adelante, elige -murmura, sonriéndole.

Le saca la lengua, quedandose de frente al mostrador. Espera que la atiendan, mientras mira la lista de gustos.

Se queda de pie a su lado, esperando los atiendan.

El dependiente del lugar se acerca a ellos. Frunce el ceño al ver hacia donde se dirige la vista del chico.

-Yo quiero uno de dulce de leche y frambuesa -pide, antes de que él abra la boca siquiera.

Enarca ambas cejas al ver a aquel muchacho. Se limita a mirarlo mal, esperando que traiga el pedido de su hermana.

Mira de reojo a Bram, sonriendo de lado al ver su gesto. Toma su lado cuando se lo traen, esperando ahora que su hermano elija el propio.

-Chocolate -pide, con voz fría y distante.

Lame su helado con lentitud, mirando divertida la actitud de su hermano.

Paga al dependiente, no sin antes echarle otra ojeada llena de odio. Toma su helado, alejándose de allí. -Caminemos -le dice a su hermana.

-Si lo pides así.. -musita irónica, saliendo de la heladería.

Ríe, comenzando a caminar por aquel callejón, tomando de su helado, esperando a que su hermana lo alcanzara.

Lo alcanza con facilidad, distraída en su helado. Camina silenciosa, mirando a su alrededor.

Mira a su hermana de reojo mientras camino, comiendo de su helado.

Carraspea leve, ya molesta con aquel silencio que se había formado entre ellos.

-¿Qué? -salta a la defensiva al escucharla, sin mirarla.

-Nada.. -murmura, pero al decir aquello recuerda lo que le había prometido a su amiga. -¿Recuerdas a Soph? -pregunta, casual.