Habitación de: Paz Gauthier y Lilah Baudelaire

-Paz.. -la llama, mirándola de reojo, sin soltarla aún.

- Dime - Pide con un hilo de voz, demasiado rápido para ser ella. En esos momentos estaría totalmente perdida en su mundo.

-Lo siento -musita, mirando ahora hacia el suelo, mordisqueándose el labio inferior. -Pero tenía que decirtelo.

- Está bien, tenías que hacerlo - Susurra fingiendo desinterés, sonriendo como puede. - Yo.. voy a dar una vuelta - Se levanta y sale de allí sin darle tiempo a reprocharle algo.

-Tú.. no.. -se queda con la palabra en la boca al verla salir de la habitación. Vuelve a bufar, dejándose caer en la cama de ella.

Llega finalmente a su habitación, después de esa detestable noche. Entra con precaución observando dormida a Lilah. Se quita los zapatos, dejandolos bajo la cama. Lo primero que hace es ir a ducharse, para después salir con su pijama blanco y negro a cuadros. Espera segundos y se acuesta en su cama, sin dormirse del todo.

Se remueve en su cama, totalmente sumida en los brazos de morfeo.

No puede dormirse a pesar del sueño que tiene. Cierra sus ojos, pensando quien sabe en qué. Tarda unos minutos, pero finalmente se duerme, placida.

Al parecer el sueño no era muy amable con ella. Una obvia pesadilla se sucede en su mente, inquietándola.

Realmente es inquieta a la hora de dormir, muy. Se tapa con todo lo que tiene a su alcance, perezosa.

Sus mantas caen de la cama, con su inquietud.

Está totalmente tapada de pies a cabeza, con un monton de cosas encima.

Se queja en sueños, volteando de un lado a otro.

Permanece con la cabeza en la almohada, en otro mundo totalmente, en SU mundo.

Despierta de golpe, sobresaltada. Se sienta sobre la cama, tomando sus colchas del suelo y tapándose como puede. Su respiración es mayor que lo normal, intenta regularla.

No es desatenta cuando duerme. Se despierta apenas al escuchar algunos ruidos. - ¿Qué pasa Lilah? - Pregunta adormilada, con su cabeza en la almohada y sus ojos entrecerrados.

Ladea apenas el rostro al escuchar a Paz despierta. Se maldice interiormente, volviendo a recostar su rostro sobre la almohada.

-Nada, sigue durmiendo -responde, con voz queda.

{mevoyabañaryvuelvo;O}

Obediente, no tarda segundo en dormirse nuevamente y regresar a su mundo, niña.

{dale }

Voltea, quedando de frente a la ventana. Poco a poco vuelve a conciliar el sueño.

Pasa con rapidez la noche. Ya es de madrugada, ella sigue durmiendo como si nunca se hubiese acostado antes, perezosa.

Era obvio que no iba a despertar siquiera para el desayuno. No había dormido muy bien por la noche, y ahora lo estaba aprovechando al máximo.

Enrieda sus pies en las sábanas, acolchados, mantas, en fin, con todo lo que tiene a su disposición, desordenada.

Siente como el sol se filtra a través de las persianas de la ventana que tiene a su lado. Se remueve, por demás inquieta y perezosa, sin querer levantarse.

- Lilaaaaaaaaah - La llama dormida, niña. Es una costumbre demasiado mala llamarla en la mañana cuando aún duerme, no es sonámbula, solo rara.

Casi se cae de la cama cuando la escucha, sobresaltada. Maldice entre dientes, aferrandose a las sábanas y colchas para sostenerse.