Habitación de: Paz Gauthier y Lilah Baudelaire

-Verdaderamente no lo se, eran confusas -le cuenta, más tranquila.

Cierra el grifo del agua, sale, envuelta en una toalla pero aún en el baño. - ¿Puedes explicarte? - Pregunta tranquila, entreabriendo apenas la puerta para que entre aire en ese cuarto pequeño donde está ahora.

-Sabes que nunca recuerdo bien lo que sueño -murmura, quejándose. Fija la vista en la puerta entreabierta, distraída.

- Te pasa algo más que solo pesadillas - La conoce demasiado. Ahora para desgracia de ella probablemente.

-Claro que no -murmura rápidamente, desviando ahora la vista. Ya, no quería esa conversación.

- Claro que sí - Comienza a vestirse tranquila, pero no con esa ropa oscura que había escogido, sino que esta vez, un short y una musculosa blanca y negra es su elección. Sale del baño, peinandose. - Cuéntame - Le pide, insistente.

-En serio, Paz, no es nada -le dice, mirándola cuando sale. Sabe que no ha hecho nada malo, pero también supone la reacción de su amiga, y eso no le agrada.

- Si lo eeees. Vaamos Lilah - Insiste, convenciendo con su expresión compradora en el rostro.

La observa, maldiciéndose por siempre caer ante ella y sus insistencias. No dice nada, sólo sopesa en su mente qué decir.

Se sienta enfrente de ella, esperando que comenzara a hablar.

-¿Te conté que volví con Rob? -desvía el tema. No evade el anterior, sólo gana tiempo para pensar.

- Aaaaaahm, es por eso que estás así de distraida - Saca sus propias conclusiones pero al escuchar eso, cree que tiene una idea clara de todo.

Ríe entre dientes, leve. En parte, ella tenía razón en eso.

-Puede que sí -comenta, sonriéndole.

- Entonces no es todo - Razona, lógica al oir sus palabras. Dice esta frase con un acento británico, bromista.

-No, no es todo, pero es un ochenta y cinco porciento -comenta, sin borrar la sonrisa de su rostro, serena.

- ¿Y porqué es el otro.. - Hace cálculos con sus dedos. - ..quince por ciento? - Termina la frase, cuestionandole todo.

-Tú y tus preguntas, Paz.. -musita en voz baja, desviando la vista. -¿Estás más que segura de que deseas saberlo?

- Claaro, no puede ser nada malo - Se encoge de hombros, despreocupada. Sabe que su amiga no le haría nada malo, confía en eso.

-Encontré a Eternalfire, ayer -le suelta de una, sin mirarla aún.

Ríe suave, calma. - ¿Y eso es tan grave? Ibas por otro camino y ya - Como si nada, sin entender realmente la situación.

-Estuve hablando con él -sigue, manteniendo la calma en su voz. Sube la vista, mirándola.

- Y seguramente discutieron - Murmura más que conociendo las conversaciones de ambos que terminan en peleas.

Asiente ferviente con la cabeza.

-Demasiado -confirma, sonriendo levemente.

{Me ducho y vuelvo (:}

Sonrie niña. - No tienes que preocuparte por eso, es.. algo común entre ustedes - Se encoge de hombros, dada casi por terminada la conversación.

Se encoge de hombros. Ella volvía a tener razón en ello, pero había algo más, que aún no estaba preparada para decírselo. No quería que ella se enojara, y estaba más que segura de que lo haría.