Levanta una ceja, dispuesto a replicar, pero prefiere mantener callado, no quiere arruinar el ambiente.

Ríe entre dientes a los pensamientos que llenan su mente en ese momento. Desvía la vista al frente. Sin dejar de caminar, cada vez un poco más veloz, sobre la cinta; toma la hebilla que tiene amarrada a una muñeca y se ata el cabello, en una alta coleta.

La observa caminar un tiempo, luego desvía la mirada por el gimnasio, apartando pensamientos.

-Roooob -vuelve a llamarlo después de un largo instante de puro silencio, sin mirarlo.

Ríe entre dientes al escucharla. -Dime Lil- le dice, volviendo su mirada a ella.

-¿Tienes novia? -es más directa de lo que ella misma esperaba. Sigue con su vista pegada al frente, sin moverse ni un ápice de sus ejercicios.

Se sorprende ante su pregunta, no se lo esperaba. Frunce imperceptible el ceño. -No, no tengo. ¿Alguna razón en especial?- levanta ambas cejas.

Espía su reacción de reojo, encogiéndose de hombros al escucharlo. ¿Tenía alguna razón para preguntar aquello? Ni ella lo sabía.

-Supongo que no -responde. Parecía que aquel día le había dado un ataque de sinceridad, y se odiaba por aquello.

La observa aun ceñudo. Tenía curiosidad de saber el porque de la pregunta.

Ladea el rostro, posando sus ojos en los de él. Alza una ceja al ver como la mira. Sabía que no debía haber preguntado aquello.

La mira fijo, sonteniendole la mirada, esperando poder encontrar su respuesta en aquellos ojos claros.

-¿Sucede algo? -murmura en voz baja, sin desviar la mirada.

-Tengo curiosidad... ¿Por qué la pregunta?- dice sencillo, sin rodeos.

-Estaba interesada en saberlo -responde rápidamente, jugando con un mechón de pelo que escapa de su coleta.

-Repito: ¿alguna razón en especial?- insiste, curioso como el solo.

Enarca ambas cejas ahora, clavándole la mirada. No dice nada, realmente no sabía que responderle, y no caería ante él.

{Me fui a dormir! Hasta mañana *o*}

Levanta una ceja, manteniéndole la mirada. -¿Y bien?- dice, esperando su respuesta.

-Ya te he respondido eso -le dice, sin cambiar la mueca de su rostro.

Suspira leve, liberándose de sus ojos claros. Niega con la cabeza, observando el aparato. -Sigue- le ordena, pero sin perder la suavidad y la dulzura.

Asinte con tan sólo un gesto, volviendo a concentrarse en correr. Se gira, volviendo el rostro al frente, tratando de olvidar que él está allí a su lado.

Suspira y se aleja del aparato, llendo hacia otro.

Entrecierra los ojos, tratando de dejar su mente en blanco. Necesitaba estar relajada para hacer ejercicio. Comienza a tararear suavemente una vieja canción, distraída.

Se posiciona en una de las máquinas, dispuesto a trabajar sus brazos. Se acuesta en la máquina, acomodándose, mientras posiciona sus manos, apretando con fuerza, tratando de juntarlas, haciendo que un gran peso a su espalda se levantase.

Sigue en el nuevo mundo que su mente acaba de crear, ida en la canción.

La escucha tararear, suspira de nuevo.