Practicando un poco ♫ {Libre}

Entra al gimnasio junto con su bolso a cuestas. Alí dentro cargaba su celular, su iPod, una toalla, agua, y una muda de ropa limpia por si sudaba mucho, cosa que pasaría. Comienza con los calentamientos, estirando los músculos, preparándose para comenzar con el arduo entrenamiento.

Sólo deja que sus pies la arrastren hacia el area del gimnasio. No era amante de los deportes, para nada. Al contrario, solía esquivarlos todo el tiempo. Pero sabía que un poco de ejercicio no le vendría mal.

Cantaba suavemente lo que escuchaba a través de los auriculares de su iPod, totalmente distraída y susbstraída a su mundo, mientras se dirigía hacia unos bancos lejanos, para dejar su mochila.

Va a las gradas quitándose el sueter, quedando en una sudadera. Deja la prenda en las gradas justo al lado del bolso, y se da vuelta llendo hacia la parte central del gimnasio.

Sigue caminando por el lugar, perdida en sus pensamientos incoherentes. Se mordisquea el labio inferior, sin decidirse por donde empezar. Aunque si fuera por ella jamás empezaría con nada.

Hace otra sesión de estiramientos, esta vez más difíciles que los anteriores. Tan pronto terminó se dispuso a darle unas cuantas vueltas al gimnasio, trotando, sumido en sus pensamientos.

Pucherea, cual niña de cinco años perdida en un parque. Podría ir por las máquinas, y correr sobre una de las cintas. Ese sería sú día de tortura y aburrimiento.

Se detiene luego de un largo recorrido, apoyandosus manos en sus rodillas, doblandose sobre sí mismo, jadeante. Recorre el gimnasio con la mirada, notando al presencia de una chica, una rubia.

Sigue sin darse cuenta de que no está sola allí, tarareando una vieja canción yankee. Por fin, camina hacia las cintas. Comienza a correr a una velocidad lenta sobre ella, entrando en calor.

Sigue observándola, tratando de reconocerla. Ese cabello, esa forma de caminar... Sin duda era ella. Desvía leve la mirada, no desea recordar viejos sentimientos que aún estaban bien guardados dentro de sí.

La velocidad de la cinta comienza a aumentar sin que ella presione ningún motor, sin duda tenía alguna falla. Maldice en voz alta repetidas veces, intentando sin éxito frenarla.

La escucha maldecir, vuelve su mirada a ella, notando que está en un apuro. Se acerca a donde está, parando la cinta de la máquina.

Sube la vista al sentir como aquello para. Se mordisquea fuertemente el labio inferior al verlo. Justo en ese momento tenía que encontrarlo.

-Gra.. gracias -farfulla, bajando de la máquina con un paso elegante.

-No hay de qué- musita obsevándola. Vaya jugarreta la del destino.

Lo observa fijamente, quedándose en silencio por un instante, que a ella le parece eterno. Carraspea levemente, desviando la vista al darse cuenta de lo que hacía.

-¿Todo en orden? -pregunta, tan sólo por preguntar algo y no quedar como una idiota, nuevamente.

Desvía él también la mirada, fijándola en una de las ventanas del gimnasio. -Sí, todo bien- repite,casi murmurando. -¿Tú?- pregunta.

Asiente con un ligero movimiento de su cabeza, mirando el piso, como si fuera lo más emocionante del mundo.

-Eso creo -responde, quedamente.

Quiso preguntar el por qué de esa respuesta, pero se detuvo antes de que las palabras salieran de su boca, no era de su incumbencia qué hacía y qué no ella. Se limita a asentir levemente.

Esboza una pequeña sonrisa, tratando de distender aquel ambiente algo tenso que se había formado entre ellos.

-¿Entrenando? -pregunta, tratando de sonar serena.

-Así es... Tengo que estar en forma, ya sabes, para poder superarme- sonríe leve.

-Sigues igual.. -comenta, en un leve susurro, sin borrar aquella sonrisa de su rostro. Pasea la vista por el lugar, bastante desolado a su gusto.

-Aasí me quieren- dice dejando salir su lado egocentrico, sonriendo levemenete de lado.

Frunce ligeramente el puente de la nariz al escucharlo.

-¿Quienes te quieren? -pregunta, con un leve tono burlón en la voz, sacándole la lengua, cría.

-¿Cómo que quién? Todas mis admiradoras- dice como que si fuese obvio.

-Oh, ¿tienes muchas? -ríe entre dientes, observándolo.

-Por supuesto- dice sonriendo amplio, observando a la chica.