{Qué? o.ó}

- Puedo solo..- murmura con los dientes apretados, el efecto del sedante local que le habían aplicado en el suero estaba comenzando a ceder con lo que su poca y casi nula paz va desapareciendo con ello, no quería que lo tomasen como un invalido, pues no lo era- no soy manco y tu no eres sierva mia..- gruñe, malditas costillas que picaban y maldita su rodilla vendada.

El libro cae de su regazo y maldice con enfasis, cabreado.

{De verdad O.O se fueron de la habitación y ni chau dijeron O.O}

Niega con su cabeza, mirándolo. Se agacha, para recorger su libro. -No lo hago por lástima, solo quiero ayudarte- musita, depositando su libro en su regazo, sin mirarlo a los ojos. Sentía cómo se desvanecía por dentro, de a poco, por su manera de tratarla.

[Yo? xD ya me perdi >.<]

- Me quiero ir al diablo..- gruñe removiendose en su cama, queriendo safar un poco el maldito coso ese que tenía encorsetado su abdomen para sanar sus costillas que lo estaba volviendo más que loco.

{Koda y Paz xDDDDDD}

-¿Cuándo será el alta?- pregunta, sentándose a su lado, en una silla que había por ahí. Se cruza de piernas, calma. Sabía que estaba deseando que lo liberaran de aquellos vendajes.

{Aaaaaaaaaaaaah xD}

A su lado hay una planiilla en donde las enfermeras hacen sus observaciones, las lee y alza una ceja, mirando lo allí anotado.

Hioga Gautier, 18 años. Francés. Cabrón, malhumorado, silencioso tiene un bonito trasero.

Eso llevaba la firma de una de las enfermeras. Toma un boligrafo y anota.

Brujas histericas.

Sabía que si había algo que molestaba a las mujeres es que les lleamaran así.

- Dos días..- murmura, pesando en que minimamente debe esperar esos días para que se le comiencen a cicatrizar los estupidos puntos. Su tono bajo y amargo.

Asiente con la cabeza, en silencio. Se sentía demás ahí a pesar que solo estaba con él.

La mira y vuelve a recostarse, tiene la expresión de alguien que esta desvelado e incomodo, y lo cierto es que no había dormido ni provado bocado desde que había salido del quirofano. Cualquiera pensaría que estaba intentando matarse de una manera completamente lenta y estúpida.

Vuelve su mirada a él, serena. -¿Necesitas algo?- pregunta, examinándolo con sus ojos color miel. Realmente se lo veía un poco más flaco.

- Que me quiten esta mierda, que McCarthy esté varios metros bajo tierra, que a Robert se le pudra el pene y quizás que esto deje de picarme, exceptuando eso nada..- murmura, con ese humor seco y frío de siempre- me siento tan bien..- murmura entre dientes, sarcástico y filoso, a pesar de todo es el Hioga de todos los días.

Niega con su cabeza, escondiendo una sonrisa. Realmente no cambiaría.
-¿No volverás a pelear con él, verdad?- pregunta, mirándolo seria. Aquella segunda vez, en verdad, que podría salir perjudicado.

Niega despacio, aunque no estaba muy seguro de a quien de los dos se refería. Su cabeza de vueltas, seguro alguna de esas putas enfermeras había puesto sedante en su suero, suspira.

- Robert sigue sin hablarme..- empieza, negando levemente- y de McCarthy me encanrgaré cuand ocamine de nuevo..- asegura.

Bufa al escuchar su repuesta, negando con su cabeza.
-¿Quieres volver a visitar el hospital?- pregunta, refiriéndose al boxeador.
-Y con Robert solucionarás todo, solo dale tiempo- sabía que arreglarían las cosas, eran amigos de toda la vida.

- él jugó a traición, la próxima no fallaré..- asegura, con ese ton osombrío y seguro, ese que dejaría sin aliento a más de uno.

A ella no la asustaba con aquellas palabras, ni mucho menos con aquel tono.
Niega con su cabeza, ya sin decirle nada. Ahora su mente divagaba.

Se uqeda callado, no puede evitar pensar en eso una y otra vez, apretando la mandibula al punto de que sus encias se duelan.

-¿No puedes dejarlo pasar y ya?- pregunta, sabiendo que aquello sería imposible. Lastimaría a su orgullo y hombría. Suspira, volviendo a mirarlo.

- Sí yo le hubiera roto las muñecas si lo haría, pero no lo ihce aun..- gruñe, apretando los ojos.

-Solo déjalo, es un idiota- y un perfecto canalla. Suspira, desviando su mirada de él.

Alza una ceja, queriendo no decir nada de eso. Se muerde el labio inferior con rudeza.

Lo vuelve a mirar y ve aquel gesto. Ladea su cabeza suavemente. -Si tienes hambre no te comas- murmura, sonriendo suavemente. Quería levantarle el ánimo, hacer algo por él.

- No tengo hambre..- murmura, y no puede evitar mirar donde el tacho de basura, Koda habia botado la comida por hacerle un favor, extrañamente se negaba a comer.

Frunce el ceño. -¿Hace cuánto que no comes?- pregunta, mirándolo como toda una madre.

Se mantiene callado y desvia automaticamente la mirada, posandola en la ventana, los pajaros y esa mierda.

Y lo tenía. -Gaaaaaaaaautier...- lo llama, sonriendo torcido. Lo tenía, lo tenía, lo tenía.

- Mi madre y hermanas estan lejos, y aqui estoy al cuidado de Robert y Koda, dejame..- decir eso y decir que estaba a la deriva era lo mismo, más cuando Robert no andaba cerca, ya que Koda tendía a olvidar cosas menores como comer y dormir.