Estaba dormida en la silla cuando la enferma entró en la habitación. Se había despertado, pero no había abierto sus ojos. Todo le parecía lejano, seguía adormilada aún.

No tiene tiempo de reaccionar, con lo que termian tragandose las gotas, completamente adormilado y casi dopado accede a ser alimentado como si de un muerto vivo se tratase, se mantiene callado y docil, casi calmo realmente.

Bosteza audiblemente y abre sus ojos. Bufa, ya que no estaban acostumbrados a aquella claridad. Parpadea muchas veces y ve a una enferma dándole de comer. Sonríe, callada.

Frunce el ceño mientras come, por mucho que no quisiera hacerlo no se sentía como para contradecir a la morena esa. Frunce los labios, con los ojos perdidos y algo confusos.

La enfermera termina con el desayuno y controla un par de cosas mientras ella está en el baño. Cuando sale, lo ve solo. Le sonríe y se sienta a su lado.

Cuando la mujer se va se destaapa y se toma de los brodes de su cama, con un pantalon negro de joggin y una camiseta blanca, necesitaba estirar las piernas, aún esta algo estupidoizado.

Enseguida se levanta, ayudándolo. -Aférrate de mi- le susurra, calma.

La aferra, poniendola contra la pared, encerrandola con su cuerpo. La mira sin mirarla, con sus oscurecidos ojos cielo, respirandole cerca.

Se sorprende por aquello y es impresionante cómo se acelera su corazón en menos de cinco segundos. Lo mira y pestanea varias veces, sin entender nada bien.

Apoya sus labios en el cuello de ella, sin ser realmente cosciente de ello, quedandose quieto, todavia demasiado confundido.

Si el corazón de ella le saldría por la boca en aquellos momentos, era por él. Se queda quieta ahí, sosteniéndolo. Sabía que él no estaba en sus cabales.

Intenta decirle que qiere volver a su casa con su familia, pero lo unico que puede hacer es musitar en voz muy baja y sesar tenuemente su cuello mientras lo intenta.

Suspira, mordiéndose el labio inferior. Aquello era mucho para ella. Lo separa de su cuello, volviendo a dejarlo en la cama. Trata de tranquilizar a su corazón.

Suspira suavemente, cerrando los ojos de nuevo, pensando en nada.

Una vez ya calma, lo mira. -¿Lo volvemos a intentar?- pregunta, acercándose otra vez a él.

Niega, y se pone de espaldas ariba en la cama, hechando un jadeo de dolor al hacerlo. Apretando en un puño las sabanas.

Lo da vuelta, tomándolo de sus brazos, con movimientos delicados. -Despacio- le susurra, calma y cálida. Realmente se habían pasado con lo que le habían dosificado.

Le dice entre jadeos tenues que se encuentra bien, apoyando su rostro en el pecho de ella, sinitendose de hierro.

Niega con su cabeza, acomodándolo contra ella y sentándose en la cama. No podía verlo así.

Deja un beso calido en su ucello, cerrando sus ojos y permaneciendose muy quieto.

Se mordisquea el labio inferior por aquel beso. Lo apoya contra ella, acariciando su espalda distraídamente, como si nada. Acaricia su cabello, cerrando sus ojos.

Vuelve a dormirse, sin hacer caso a nada más.

Siente su respiración más calma y lo acomoda sobre la cama, como puede. Sin saber cómo, termina en el piso y él en la cama. Bufa, despacio, y se reincorpora.

Suspira suavemente, duerme el resto de la mañana, demasiado comodo.

Lo dejó dormir toda la mañana. Ella fue a la Academia, se cambió y bañó y fue a su habitación a buscarle ropa. Suponía que querría bañarse. Al mediodía, llegó con varias bolsas en mano.