~ Living ~

Se separa solo un poco, lo suficiente como para juntar sus frentes.

Tiene sus ojos cerrados, con sus párpados levemente presionados. Aquella sonrisa no se borra de su rostro, mientras respira con algo de dificultad.

Abre lentamente sus ojos, observando fijamente el rostro de ella, maravillándose cada vez más con la inigualable belleza que esa mujer poseía. Era un afortunado el tenerla a ella.

Se remueve apenas, enterrando su rostro en el cuello de él nuevamente. Amaba esa parte de él. Suspira, femenina, rozando ligeramente los labios contra su piel.

-¿Sabes que con ese simple roce haces que se me erize la piel?- ríe entre dientes, bajo, acariciando suave su espalda.

-Uhm, gracias por avisar -apenas susurra. Sonríe de lado, dejando que su lengua recorra ahora la mandíbula de él, volatil.

Ríe entre dientes, dejándose hacer. Baja al cuello de ella, rozando sus labios con la piel de su cuello.

Su recorrido acaba, como era de esperarse, en sus tan ansiados labios. Lo quita de su propio cuello, tomando su rostro entre sus manos. Presiona sus labios, ni dulce ni pasional, volviendo a unirlos con los de ella.

Le devuelve el beso, presionando sus labios contra los de ella. Rodea su cintura con sus brazos, atrayéndola hacia sí.

Besa con mesura aquellos labios, que en poco tiempo se estaban convirtiendo en su nueva adicción. Mantiene sus brazos aferrados en su cuello, presionándolo contra ella.

Movió una de sus manos hacia la nuca de ella, pasando suavemente su lengua por su labio inferior, pidiendo permiso para profundizar el beso.

Entreabre su boca, dejándolo entrar en ella gustosa. Una de sus manos se desliza hacia su hombro, acariciando allí.

Explora su boca con su lengua, bajando su mano hacia uno de sus brazos, acariciandolo, deteniendose después en la mano de ella, entrelazando sus dedos.

Mantiene sus dedos entrelazados, mientras se pierde en saborear su boca, tratando de memorizar la textura de esos labios.

Con el brazo que tiene libre, rodea aún más su cintura, pegándola un poco más contra sí. Besa sus labios, grabando en los suyos el dulce sabor de éstos.

Vuelve a removerse, sin separarse de sus tibios labios, acomodándose a horcajadas sobre él. Acaricia la palma de su mano, distraída.

Baja hacia su mandíbula, mordisqueando suave la piel.

Ahoga un jadeo, echando leve el rostro hacia atrás, dándole acceso a su mandíbula.

Baja un poco más, llegando a la base de su cuello, besando toda esa zona.

Presiona los ojos, dejándose hacer por él y sus labios.

Recorre con sus labios toda la zona de la base de su cuello.

Susura su nombre entre suspiros. Ella ya no estaba allí, sólo se estaba dejando llevar por él.

Decide subir un poco, besando la parte media de su cuello. No se atreve a avanzar más.

Se muerde fuerte el labio inferior, conteniéndose de saltar sobre él en ese preciso instante.

Besa y mordisquea suave su cuello, quedándose allí.