Habitacón de Koda Eternalfire y Hioga Gautier

Sonrie cuando ella se estremece, era su turno de divertirse, acaricia con un dedo el elastico de su diminuta ropa interior.

Suelta un suspiro. Si él quería jugar, ella jugaría con él.
Deja que hiciera lo que se le diera en gana, mientras ella baja su mano por todo su pecho hasta llegar a su abdómen, acariciándolo desinteresadamente.

La mira, con una ceja en alto, acariciando su espalda lentamente, bajando a su trasero.

Lo mira, sonriendo desafiante. Jueguetea en sus abdominales, esperando que él de el siguiente paso.

Sonrie suavemente y cierra los ojos quedandose quieto.

Lo mira y niega con su cabeza, volviendo a su pocisión inicial.

Cuando ella está con la guardia baja mete su mano bajo su ropa interior, acariciando la piel tersa de sus nalgas, sonriendo de lado, haciendo el tonto.

Alza una ceja, sin poder ocualtar una sonrisa leve en sus labio. -Eso es trampa- musita, niña. Muere suavemente la piel de su cuello.

Pone la sonrisa inocente más convincente, entornando sus ojos hacia ella, busca sus labios con los suyos, sin detener el recorrido de sus manos, masculinas y perversas.

Levanta apenas su rostro, encontrándose con sus labios. Los besa, con delicadeza y un poco más suelta que la vez anterior. Sus manos vuelve a perderse en aquellos abdominales que gobernaban su vientre.

Gruñe de satisfaccion ante su sabor, pidiendole permiso con sus acciones para poder quitarle la camiseta, sin querer perder sius labios.

Levanta sus manos, sin despegarse de sus labios adictivamente apetitosos, para que le quitara su camiseta. La volvería loca, más de lo que ya lo estaba por él.

Sus manos se levan su camiseta, su sostén y la poca cordura que a él le quedaba, la besa, ahuecando uno de sus pechos en su mano mientras la otra persiste en su trasero.

Sí, definitivamente la volvería loca si seguía así.
Se pega a él, con cuidado de no molestar a sus costillas, y vuelve a llevar su mano hasta la parte baja de su vientre, rozando el elástico de su ropa interior. Definitivamente estaba loca.

La apoya un poco más arriba, dejando sus pechos a la altura de su boca, haciendo que ella pese menos sobre sus costillas. Besa sus pechos despacio, lamiendo con gentileza al rededor de sus pezones.

Tira su cabeza hacia atrás, suavemente, mordiéndose el labio inferior. Vuelve a posar su mirada sobre él, y acaricia su cabello, viendo todos sus movimientos.

Atrapa su pezón entre sus labios, moridsqueandolo con mucho cuidado, acariciando su espalda en circulos.

No puede contener más aquel suspiro que amenaza con salir de sus labios, tan femenino y pasional. Toma su rostro entre sus manos, y lo pega al de ella, devorando sus labios.

La besa, sintiendo esa necesidad de ir más allá de su contacto, mordisquea sus labios mientras la besa, paseando un dedo por su sexo con suavidad, sonriendo de lado, comenzando a bajar la ultima prenda de ella.

Suelta un suspiro en sus labios, sin poder evitarlo. Se entraga a él, resignada a todo su ser, a él mismo.

La desviste despacio, manteniendola acurrucada entre sus brazos, lo que daría él por poder hacerle el amor como ella merecía en ese mismo momento. Suspira entre besos, acariciando su sexo lenta y tortuosamente.

Lo despeina, aferrándose despacio a sus hombros, con mucha delicadeza. Traslada sus labios, entre suaves jadeos, a su mandíbula, besándola lento hasta llegar a su cuello, donde muerde aquella sencible piel despacio.

Se arquea apenas, sintiendo sus dientes, sus dedos se vuelven más demandantes, la acaricia despacio, dejandose guiar por su instinto.

Atrapa el lóbulo de su oreja entre sus labios, donde deja salir un suave suspiro. Acaricia su espalda, entregándose a él.

La penetra con un dedo, moviendolo lentamente por su sexo disfrutandola.