Se que tu furia será un huracán.

La mira así, con los ojos cerrados como lejos. Y no lo soporta, no puede tenerla lejos, no cuando no sabe que es eso que ruge dentro de él y que exige que haga algo. La sujeta apenas de la nuca y la atráe hasta él, tomando sus labios con sos suyos con una suavidad que no cuadra con su manera de ser, tan glaciar.

No está en sí cuando aquello sucede. No puede creerlo, no entiende cómo...
Pero se sentía bien aquella extraña suavidad de sus labios, de su ser. El hombre de hielo parecía derretirse, de a poco.
Se sentía una inexperta en aquello, aquella suavidad la desconcertaba. Pero no desaprovecharía la oportunidad que tanto había esperado. Mueve sus labios contra los de él, lentamente y con aquella femeneidad que era ya suya. Tenía miedo de que aquello pudiera ser irreal.

Apoya sus manos en el arco de su espalda, dejandola apoyada contra él, ladeando apenas su rostro para poder disfrutar de lo suave de su contacto y de toda su dulzura. Se mantiene abrazado a ella.

No puede evitar sonreír en sus labios, feliz. Lleva sus manos con extrema delicadeza a su nuca, pasando por la suave y delicada piel de su cuello. Una de sus manos, detiene su camino ahí, posando su pulgar en su mejilla, acariciándolo con amor y delicadeza.
Todos sus movimientos eran demasiado delicados, demasiados suaves. Como si fuera la primera vez que besaba a alguien.

Siente sus caricias, que son el bálsamo perfecto para su embravecido caracter de siempre, tan huraño. Acaricia su espalda despacio, subiendo apenas por ella, aprieta los labios, sintiendo como su rodilla pide un descanso. Hecha la cabeza atrás, rompiendo el beso, demasiado adolorido.

Siente sus manos por su espalda, y se estremece, totalmente frágil. Abre sus ojos cuando sus labios se separan de los de él y recuerda su rodilla.
-Ven- toma una de sus manos, colocando todo el peso en ella misma, y lo arrastra hacia dentro de los establos. Había un viejo banco allí, donde lo sienta.

Por mucho que lo intenta no puede no protestar, ba quejandose de que no esta tan mal como ella cree y termina sentandose sin las muletas cerca manteniendo la rodilla mala estirada para no forzarla. Incoscientemente se relame lentamente los labios, sintiendola allí aún.

Busca algo en donde sentarse. Al no encontrar nada, se sienta en la paja de allí. -¿Estás bien?- pregunta, con un tono de voz suave y dulce.

Asiente. Es claro que le miente, pero se sentía mal la mayor parte del tiempo, exceptuando las pocas horas que tomaba calmantes. Suspira, restregandose el cabello, tenía que hablar en serio con ella.

Frunce sus labios, sabiendo que le mentía. Sabía que aquella atrofiada rodilla le molestaba demasiado, pero no dice nada más al respecto.
-Tenemos que hablar... ¿verdad?- pregunta, echándose en aquel lugar, mirando aquel techo de madera vieja.

Asiente. NO tenía setido seguir retrasando lo inevitable. Ellos no podían estar juntos.

- Olvida lo que paso aqui, tu estás con alguien más y por mucho que odie al imbecil ese de McCarthy no jugare sucio como él..- murmura, sin querer mirarla. Con ambas manos en su regazo.Su tono monocorde trata de simular que no le interesa.

Niega con su cabeza, suspirando. Últimamente estaba demasiado sensible y aquella situación, podía con ella.

-NO estoy con nadie- murmura, serena, muy, como si aquello fuera algo de todos los días. Con la única persona que quería estar era con él.

- Te acuestas con McCarthy..- le recuerda, evitando que el asco y el desprecio se filtren en su tono monocorde y desalmado. No podía evitarlo.

Corrección. Fue una sola vez y se arrepiente de ello. Había pensado en él, cuando lo hacía con el bendito boxeador.
-Me acosté... Una sola vez y me arrepiento de eso- murmura, notando su tono de voz. Se reincorpora, un poco despeinada quizás y lo mira. Abre la boca para hablarle, pero nada sale de su garganta. Cierra sus ojos y suspira hondamente, detestando no poder decírselo.
-Realmente me importas... no quiero estar con nadie más que no seas tu- musita, en un puchero infantil, sin poder creer que lo había dicho. Vuelve a acostarse, y aquella sencibilidad que tenía a flor de piel, hace que suelte un par de lágrimas.

Odiaba que ella llorase, más cuando sabía que era su culpa Eso lo ponía nervioso y a la misma vez furioso, más mno lo decía ni menos lo demostraba. Suspira, masajeandose el puente nasal, mientras trataba de procesar todo aquello y seguir cuerdo. Si había una persona de la que no esperaba eso era de ella, esperaba una declaración de Paz, de Kimberly, de Sophie, Brooke su ex incluso de la loce de Titxu pero no de Mischa.

Se limpia las lágrimas, sin saber por qué diablos lloraba, si él no le había hecho nada malo. Suspira pesadamente, puchereando niña.

Eso le estaba costando infiernos. Hace una meuca, con la mirada gacha y su lengua paseandose por sus labios de manera perdida y calma.

-Puedes mandarme a la mierda si quieres- murmura, ya calma, con aquel tono de voz sereno. Él estaba en su derecho de hacer lo que quisiera, no lo olbigaba a nada.
Flexiona sus rodillas, y lleva sus manos a su vientre, volviendo a ver el viejo techo de manera ditraída.

No sabe que decir y no quiere abrir la boca para no joderse. Suspira con ese dejo francés en su garganta, tan pegajoso y tentador.

Aquello era por demás de insoportable y molesto, casi.
Cierra sus ojos, volviendo a suspirar por enésima vez y escucha su suspiro como respuesta. Dibuja círculos en su abdómen con sus dedos, nerviosa o ansiosa, ya ni sabía lo que sentía.

- Quizás sea solo enamoramiento, por que soy el unico qeu se comporta como un cretino contigo..- aventura.

-No te entiendo- le susurra, tirada y serena aún. Tendría que ser directo, como él lo había sido con ella. No entendía cuando le daban demasiadas vueltas al asunto.

- Quiero decir que quizás solo te intereso ahora porque me comporto como un malnacido desde que nos conocemos, y eso te confunda o no lo sé..- no es que no quisiera estar con ella, pero no sabía que esperar de todo eso, tan repentino.

-No eres el primero que me trata así y con los demás no me pasó ésto- musita, recordando aquellos tiempos.

Se masajea el puente de la nariz, intentando asimilar aquello, aún le cuesta creerlo del todo. Ellos, juntos? Woe.