Lo que queda de mi.

Finalmente llegan a las enfermerías, se tumba contra la pared, mirando el rastro tenue de sangre que deja su andar, hace una mueca mirando a Robert. Sabía que se le venía un largo sermón ensima, pero ya no quería discutir, asi que lo aceptaría callado y respetuoso.

Se mantiene parado contra la pared, con la mandibula tensa de dolor, su espalda, su cabeza y todo su cuerpo palpitaba con dolor.

Al contrario de lo que su mejor amigo pensaba, él no le diría nada. Con que supiera que había hecho mal era suficiente... Aunque unas cuantas palabras no le vendrían mal. -Sinceramente tú estás loco, enfrentarte solo con McCarthy. ¡Es boxeador! Y tú tienes un problema en una rodilla- se limitó a decir. -Ve hacia la camilla, a ver que encuentro- le ordena, llendo hacia las estanterías.

Obediente como nunca se había mostrado arrastra su cuerpo donde la camilla. Se sienta y con un essfuerzo se sienta, se quita su camiseta, pasandosela por el rostro para limpiar la sangre en sus labios y su mejilla, todavia podia oidr como sus costillas clamaban piedad.

Lo escucha y no dice nada, ya sabia lo que él se refería pero le había ganado de nuevo su mal genio y eso no tenía cura. Se quita el pantalón con un gruñido, mirandose con ojos cenicientos el corte en su rodilla y la sangre que corria lentamente, sabiendo que no volvería a jugar por mucho más. Se tumba, con la mandibula tensa.

Niega leve con la cabeza, gruñendo por lo bajo, mientras revisa la estantería. Estaba tan molesto con Hioga como con Ryan. El primero por ser tan descuidado consigo mismo y con el otro por ser tan despreciable. Y Mike también entraba en ese combo, pues así como él hacia detenido a Hioga, Mike pudo haberlo hecho con Ryan y las cosas no hubiesen llegado a tanto.

Gruñó un poco más fuerte, tomando con rabia un poco de alcohol, algodón y gasa. No era mucho lo que podía hacer, pero por lo menos aguantaría hasta que lo llevase al hospital. Se dió vuelta hacia su amigo, sentándose en un banquito que había al lado de la cama. -Déjame ver- ordena de nuevo, cortando un poco de algodón.

Mira que agarra alcohol y él puede ser u loco de mierd,a pero sabe que ni por el diablo se deja poner alcohol en una herida que sangra y duele como esa. Lo mira serio, muy serio. No estaba ni de cerca enojado con Robert pero lo estaría en tanto él le pusiera esa cosa en su herida. Incluso preferñia morir desangrado a eso.

- Ni lo pienses..- demanda, mirando por la puerta, algo en él esperaba ver a cierta molesta por allí al menos para gritarle que era un imbécil- eso es alcohol..- si fuera más sincero consigo mismi gemiría implorandole que no lo hiciera.

{Cierta molesta? xD}

-Bien, entonces te llevaré al hospital, allí si te lo pondrán te guste o no- dijo serio, sin inmutarse. Su rabia seguía ahí, no se le disiparía tan fácil. Deja el alcohol en la mesita junto con el algodón, levantándose.

Había salido del Gimnasio, sabiendo que Robert lo llevaría hacia la Enfermería. Había resoplado todo el camino, realmente no podía creer que por orgullo, se hubiera perjudicado de aquella tonta manera. Pero así era él... y así lo ¿quería?. Sacude su cabeza, ahuyentando aquel pensamiento.

Se asoma por la puerta con sumo cuidado, viendo la escena. Niega con su cabeza a su queja. -Te hará bien- musita, realmente sorprendida por su estado. Mas que nada, asustada por su futuro.

{Yo soy la molesta }

{Ahí la tenés xD}

Vuelve sus ojos a él cuando le dice lo del hospital, no quería saber nada sobre eso de hospitales e inyecciones. Su mirada se encuentra con la de Robert, y ve la molestia en él.

- No te atreverías..- aventura, mirando su enojo, prefería que fuera él y no un desconocido el que le ayudara. Escucha su voz y así medio desnudo como esta voltea sus ojos a verla. Se queda callado y asiente- está bien, hazlo..- se resigna y cierra los ojos, apretando su puño cerrado mientras espera, aguantando como un campeón el dolor en su rodilla rota.

Ladea la cabeza hacia la chica, luego mira a Hioga aún completamente serio. Sin decir nada, toma el algodón y comienza a pasarlo por la rodilla de su amigo, limpiándo primero la sangre.

En un suspiro, se acerca a Hioga. Toma una de sus manos, como si así pudiera calmar su dolor. Ve aquella herida y se veía fatal.

Aprieta la mandibula, manteniendo su puño cerrado. Estaba aceptando esa estúpida tortura sólo para que se le pasara el enojo y una parte de él por que ella se lo había pedido. Suspira pesadamente, tomando más aire, tenia una marca en el cuello de las manos del boxeador.

- Vas a perdonarme en algún momento?- pregunta con la voz forzada mirando a su amigo con los ojos entrecerrados. Queriendo hacer de cuenta de que ella no está allí viendolo en boxers y medio roto. Y eso es imposible cuando ella le toma así la mano.

Suspira y mantiene la mirada esperando por quien era como su hermano.

-Es muy pronto para preguntar eso- murmuró entre dientes, sin siquiera mirarlo, manteniendo su ojos fijos en la herida de su rodilla. La rabia era tan inmensa que le impedía hasta pensar con claridad, pero de algo estaba seguro, Ryan se las pagaría.

No, realmente no lo era. Él podía pelearse con todo el mundo y ser odiado por toods que le valía madre, pero no con él y sus hermanas. Lo mira y pestañea a su respuesta, evitando mirar a Mischa, apretando apenas su mano casi dolido con eso, aguantandose el dolor del ardor por el alcohol.

- Vamos, no fue para tanto..- y era mentira, él estaba completamente mortificado por su rodilla- No me va la de estar peleado contigo, bobby..- musita con esa nota de suavidad en su francés.

Escucha aquella conversación y suspira, colocándose a la altura de Gautier, sin soltar su mano. No le importaba que estubiera en boxers, solo quería estar ahí con él, verificar que todo iba en marcha.
-Solo dale tiempo- le susurra en su oído, calma y dulce.

-A mi tampoco me va, pero no te lo perdonaré tan fácil. Te has pasado, ni siquiera pensaste en que debías cuidarte si realmente querías jugar de nuevo- susurra, terminando con sus rodilla. Se levanta del banco, llendo a botar el pedazo de algodón ahora rojo por la sangre acumulada en este.

Robert tenía razón en aquello. Aprieta sus labios, para no decirle nada a Hioga. No lo regañaría. No por lo menos ahora.

Bufa, y sin darse cuenta esta sentado y apoyado en Mischa, oyendola. Pero no puede hacer el tonto cuando su mejor amigo se pone así, hace una mueca, en ese momento le vendría bien el abrazo y la compañía de sus niñas. Per oellas estaban lejos, suspira.

- No pude saber que él sería tan ruin..- musita mirandolo, queriendo ponerse de pie para hablar con su amigo- Robert, te estoy hablando en serio..- murmura queriendo reponerse de todo lo que esta sufriendo por culpa de ser imbécil.

Vuelve a negar con la cabeza, terco. No cedería tan fácil, y menos cuando él mismo se lo había advertido en la fiesta. Varias veces le dijo que no se buscase problemas gratis, ¿y qué había hecho? Ir directo a los problemas, ignorando las advertencias. A saber cuando tiempo más pasaría para que Hioga pudiese volver a jugar. Si antes era mucho tiempo, ahora lo era más.

-Igual, no debiste- se voltea, observando que intenta levantarse. -No te levantes, o será peor- le advierte, señalando su rodilla con la barbilla. Introduce sus manos en los bolsillos de su pantalón. -No vemos- murmuró, llendo hacia la salida de la enfermería. -Hasta luego- le dijo a la chica cuando pasó al lado de la camilla.

Suspira, negando con su cabeza.
-Adiós Robert- lo saluda, cuando pasa a su lado.
Vuelve su atención a Hioga.
-Solo dale tiempo- es lo único que dice. Su labio comenzaba a hincharse.

Si antes tenía permiso y lo había respetado ahora no iba a importarle, dejaria que la rodilla se soldara y luego volvería al ruedo. Que Robert se marche le duele más de lo que puede llegar a imaginarse ,no le dice nada sino que abraza a Mischa y hunde su rostro en su cuello, quedandose así y en silencio. Maldice mentalmente su mal genio y su capacidad de hacer lo que le prohiben. Estupido McCarthy, estupido Robert pero por sobre todo estupido Hioga.

Aferra a Mischa entre sus brazos, callado y más serio que nunca, sin levantar el rostro de su cuello. Escucha sus palabras y asiente quedamente, manteniendose así como estaba.

Sorprendida por completo, lo abraza con ternura y delicadeza, acariciando su cabello cálidamente y con amor. No podía creer que hacía solo unos días se llevaban como gato y perro y ahora ella lo estaba consolando.

Habñia echo rabiar a bobbyaen más ocaisiones de las que podía contar y unca se había puesto así, y tampoco él nunca habia ido tan lejos jodiendose la vida, esta vez le saldría caro arreglarse con él, seguramente se gritarian millones de cosas y luego se mirarian mal, pero no llegarian a las mano, solo porque Robert era demasiado bueno con él.

-Solo espera a que las aguas estén calmas, y luego habla con él. Pero, por favor, trata de conservar tu cordura, porque así no llegarás a ningún lado- aconseja, acunándolo contra ella, sin dejar de mimarlo, como si fuera un pequeño.

Asiente y se quedaallí un momento más, luego se levanta con lentitud y coge su movil de dentro del bolsillo trasero de su gastado jean, llama a una ambulancia, pide con su doctor de cabecera y el explica qeu deberan adelantar su operación para ahora mismo.

- Avisale luego a Robert que me operare, me ire esta noche la hospital..- y con suerte para mañana comenzaría el período molesto de rehabilitación.

Asiente a su petición, mirándolo fijamente. -¿Sabes que no te dejaré ir solo, verdad?- era molesta, sí, pero no quería dejarlo.