De contrabando, pero qué más da?

Le regala media sonrisa, mientras toca las teclas vagamente, sin hacer nada en concreto.

Se sorprende un poco por su sonrisa, pero no lo demuestra.

Suspira, pasando sus dedos lentamente, metido en ello.

Apoya su barbilla en la palma de su mano, dejandose envolver por la melodía.

Suspira despacio, retomando la naná que les cantaba solo a sus hermanas, esa de la paloma.

Cierra los ojos, dejándose llevar.

Unos minutos luego termina con la nana sintiendose mucho más relajado.

-Hermosa- musita abriendo de nuevo sus ojos una vez que la canción termina.

- Es una vieja nana francesa..- murmura, aunque supone que la conoce.

-Sí, mamá la cantó una vez... Es hermosa- murmura.

Asiente despacio, pensando en su madre. Suspira.

-¿Ocurre algo?- pregunta cautelosa.

- Nada..- contessta con calma, como si nada. Él no era de los que exponian sus pensamientos, menos sus sentimientos.

-Bueno, como desees- dice sencilla, no insistirá. Conoce perfectamente su personalidad y sabe que él no le dirá nada.

- Cuanto llevas aqui?- pregunta por decir algo, mientras sigue metido en pasearse por las teclas.

-Como una semana, creo que menos... ¿Tú?- pregunta sencilla.

- Un día..- se encoge de hombros, un día y ya había notado que estaba rodeado de conocidos.

-Vaya, recién llegas entonces- murmura, jugando con sus manos.

Asiente, manteniendo su mirada apartada de la de ella, como siempre.

Lo mira un tiempo, luego desvía la mirada de nuevo a sus manos. Siempre se había preguntado por qué él era así, pero nunca había conseguido respuestas.

Tararea de nuevo, un acto que nunca denotaba como se sentia a menos que se coonociera la cancion que tarareaba.

Frunce leve los labios, casi imperceptible, tratando de reconocer la canción, y así poder hacerse una idea de sus pensamientos.

No puede evitarlo, siempre esta silbando o tarareando algo, no sabe estarse en absoluto silencio, sacando excepciones. La canción era JOhanna de Sweeney Todd.

No logra reconocer la canción, era muy despistada como para reconocerla así, de una.

Deja de tararear y se queda mirando las teclas de manera perdida, casi meditabunda.