- Amo el arte, y cuando me enteré de la academia, no dude en venir - Ella era completamente impulsiva la mayoria de las veces. Habia esperado una semana más luego de volver de Roma.

-Interesante.. -comenta, esbozando una sonrisa. Era algo parecido a su propio caso, salvo que sus padres casi la habían obligado a ir allí.

- Supongo - distraida - Y tú? Como llegaste a la academia? - pregunta con más interes, dejando el cuaderno en su regazo.

-Mis padres viajan demasiado por sus trabajos. Y no se cómo, pero terminamos en España. Ellos oyeron de la academia antes que yo, y prácticamente me obligaron a venir -le cuenta, con un tono de voz confidencial. -Por suerte me agrada el lugar -agrega, sonriendo.

- Entonces, eso es genial - dice, la primer parte tal vez hubiese sido muy dura, o por lo menos para ella.

-Algo así.. -comenta, sonriendo apenas, distraída.

- Si tu lo dices.. - murmura, sacando nuevamente su cuaderno.

Ríe suavemente entre dientes, para si. Se deja caer al pie del árbol, sentándose en forma de indio.

- Tienes algún dibujo tuyo aqui? - pregunta despacio, comenzando a dibujar el árbol donde hace solo minutos estaba ella.

-No aquí, los tengo todos en mi habitación -le cuenta, estirando la tela que traía en su mano.

- Bueno, entonces espero que algún día pueda verlos - le dice con su tono afrancesado tan dulce, mezcla del perfecto Romano.

-Por supuesto, cuando tú lo desees -accede, sonriendo. Destapa su acuerela, mojando el pincel en ella. Comienza a hacer múltiples trazos, dibujando.

Da por terminado su simple dibujo del árbol y cierra el pequeño cuaderno. Sonrie suavemente al ver el dibujo de Lilah.

Sólo son trazos en negro, pero fácilmente se puede distinguir la fachada de la academia desde su punto de vista en aquel momento. Mira su dibujo, dándole unos últimos toques.

- Tienes un don para esto, Lilah - le dice amigable, el dibujo estaba muy bueno. Y ahora agradecia no haberse topado con alguien grosero en vez de ella.

Sonríe suave, llevando su vista a ella.

-Gracias -murmura, serena. -Pero creo que el tuyo era mejor -añade, totalmente sincera.

- Gracias, pero sería un verdadero halago si eso fuese verdad - dice cantaria, sin borrar esa pequeña sonrisa de su rostro.

-No lo creo.. -exclama, divertida. Ella jamás había creído que tenía algún talento para dibujar, sólo lo hacía, y la mayoría de las veces no le gustaba el producto terminado.

- Yo sí, pero supongo que la mayoria estamos aqui para mejorar - dice, hasta la perfección misma podía sobrepasarse para ella.

Esboza una sonrisa, asintiendo leve. Ella tenía razón en eso, y no podía rebatírselo con nada.

Le dedica una sonrisa agradable, que podía reflejar de cierta forma las ansias que tenia de empezar - Dime, tienes hermanos, Lilah? - pregunta, con lo que amaba conocer gente nueva y hacerse amigos.

-Sí, tengo a un idiota como hermano -responde, bromeando sobre aquello. Ella realmente amaba a su hermano. -Y creo que acaba de llegar a la academia.. o está por hacerlo -agrega, contándole.

Se rie divertida al escucharlo, siempre pasaba con los serés queridos cosas así - Como se llama? - pregunta, tal vez algún día se lo cruzaria.

-Bram -responde simple, mirándola. -¿Tú tienes hermanos? -siempre había tenido la manía de devoler las preguntas que le hacían a ella.

- Lindo nombre - dice sencilla, amiga - Tengo dos hermanos, y proximamente una sobrina - le cuenta como si la conociera de toda la vida, la noticia de que su hermano sería padre la tenia fascinada - Pero tengo un primo en la academia, Rex - comenta, siempre le habia gustado la charla.