Cansada de estar encerrada en el interior de la academoa, decide distenderse un poco en sus jardines. En su vuelta, aún no había pasado por allí, necesitaba hacerles una visita. Camina distraída sobre el cesped, pateando una pequeña piedra que encuentra en su camino, distraída.

Era su primer día en la academia y ya parecia afixiarse en los interiores, sin duda necesitaba un paseo por allí.

Se sienta en un árbol con su cuaderno y su lapiz en mano, mirando a la gente de allí y decidiendo a quien dibujar.

Sólo llevaba en sus manos un pequeño retazo de tela, con una sola acuarela color negro. Levanta la vista del suelo, visualizando todo a su alrededor, tratando de encontrar algún buen foco.

Juega con el lapiz entre sus manos, realmente distraida. Capta su atención una chica que como ella, buscaba un buen foco.

Empieza a hacer lineas en su cuaderno, que pronto se transforman en una cara.

Aferra los elementos a su pecho, deteniéndose cerca de un gran árbol. Su vista sólo está enfocada en el cielo, cubierto de nubes.

Se toma su tiempo para observar a la chica primero y luego dibujarla tal como estaba ahora, con la tela aferrada a su pecho y la vista al cielo.

Esa rama del arte, se le daba bien, pero ella siempre habia sido de esas personas autoexigentes y que les gustaba sobrepasar sus limites para llegar a más.

Se mordisquea el labio inferior, volviendo su vista hacia abajo. Ve a una chica allí, al parecer dibujaba, lo que ella estaba por intentar hacer.

Termina su dibujo minutos después y sonrie más animada cuando se levanta y se dirige a la chica que estaba a pocos metros de ella.

- Hola - saluda, amable. Sentandose a su lado como indiecita.

Observa discretamente el dibujo que la chica llevaba con ella, a pesar de que no llega a verlo. Sonríe leve cuando la escucha.

-Hola -saluda a su vez, serena.

- Rheese - se presenta, sin necesidad se decirle su apellido. Se podian notar el Romano y el Francés en su voz, y ella siempre habia amado aquello.

Suspira y le muestra el retrato que hizo de ella, aquél que tomaba como un acto fallido, siempre con la exigencia ante todo. La mira y espera alguna respuesta, las criticas siempre eran buenas.

Toma aquel dibujo entre sus manos, mirándolo con una mezcla de sorpresa y goce. Ella era realmente buena en ello, y podía notarse a simple vista. Esboza una sonrisa, volviendo la vista.

-Gusto en conocerte Rheese -comenta, con su voz pasiva. -Soy Lilah -se presenta también, tendiéndole el retrato. -Es muy bonito -halaga.

Pasa la vista por los jardines y la gente de allí, bastantes parejas, por lo que veia.
- Oh gracias, lo mismo digo - le dice, como siempre dulce y amigable - Llegaste hace mucho, Lilah? - pregunta tomando otra vez su cuaderno.

Niega con un lento movimiento de su cabeza, mordisqueándose leve el labio inferior.

-Llegué hace un par de días, tal vez una semana -responde. No recordaba exáctamente el momento. Pero ella ya había estado en la academia años anteriores, por lo que conocía bastante bien el lugar. -¿Tú?

- Llegue hoy - le cuenta, dejando de lado el hecho de que estaba realmente perdida - Es fácil adaptarse? - pregunta con una sonrisa torcida en su rostro y un deje de diversión en la voz.

-Claro que sí -responde, riendo suavemente. Recuerda su primer día allí, y como fácilmente los demás estudiantes la habían hecho partícipes de las cosas diarias del lugar. -La mayoría de las personas de aquí son por demás amables -comenta, sonriéndole.

- Bueno, entonces creo que no fue una mala idea venir aqui - dice, sin borrar su sonrisa, ahora más ligera se podría decir - Qué estudias? - pregunta, debia dejar de ser tan curiosa.

-Pintura -responde tranquila, mostrándole la tela y acuarela que aún aferraba a su pecho. -Supongo que tú también.. -tantea, pensando en el dibujo que acababa de hacer.

- Ahaaam - dice serenandose, recargada en el viejo roble. - Y, cuentame de ti.. - pide, cerrando los ojos despacio.

Se lleva una mano a la barbilla, recorriendo lentamente el lugar con la vista, esa sería su próxima pintura.

-¿Qué puedo contarte? -murmura, hablando más consigo misma que con ella. -Pregunta lo que quieras saber -agrega sonriendo, odiaba ser la única que hablaba.

- Ammh, no lo sé - dice, esperando que las ideas llegan. Aún con los ojos cerrados - De donde eres, cuantos años tienes? - pregunta, realmente curiosa eterna.

-Originariamente, soy de Moscú. Pero crecí en Le Havre, Francia -le cuenta, trayendo a su mente viejos recuerdos de ciertos lugares. -Y tengo 17 años. ¿Tú de dónde eres? -siempre le gustaba saber más sobre las personas que conocía.

- Moscú? - repite, eso era genial. Abre los ojos al escuchar el resto - Yo nací en Roma, pero me crie en Francia también, aunque en Paris - le cuento con más entusiasmo. Le agradaba la chica - Y tengo tu misma edad - agrega

-Ohm, bastantes casualidad -comenta sonriendo. Era la primer persona que encontraba allí que había estado en Francia, y eso le agradaba por demás. Ya estaba algo cansada de España, España, España.

- Ya lo creo - dice, le gustaba conocer a alguien de Francia también, por lo menos allí no se sentia tan lejos de su hogar. Y menos con Rexy.

-¿Y qué te trajo aquí? -pregunta, con la curiosidad creciendo en ella.