- Lo sé y me encanta serlo..- le dice, sabiendo donde podía molestar a sus anchas con sus comentarios.

Frunce los labios, mordiendose la parte interna de su labio inferior, hábito de toda la vida que, a éstas alturas, no va a dejar. No sabe como contraatacar a eso, y él lo sabe por eso lo hace.

Sonrie con ese aire de victoria en los gestos, retandola a que siga intentando ganarle.

- Mejor suerte para la proxima, pequeña..- le dice, agrandado.

- No me digas pequeña - Le reprocha con el ceño fruncido. Odia que le digan pequeña, ella sabe que no lo es, la gran mayoria del tiempo. Solo que los demás son demasiado grandes para habituarse a ello.

Iba caminando por los pasillos, algo distraída, cuando oye la voz de su hermana. Alza una ceja y camina hasta ella, escuchando fragmentos de una conversación que mantenía con un ¿muchacho? Frunce sus labios y acelera el paso, manteniendo su elegancia al andar.

La ve, frente a un chico mayor que ella. -Paz- la llama con voz enérgica pero delicada, siempre manteniendo su femeneidad, sin reconocer a aquel chico.

Oye una voz y voltea sobre sus talones, mira a la muchacha y ace una mueca mirando a Paz. Mischa? Ella también allí? Esto cada vez se parecía más al infierno, ahora sí estaba jodido.

Se acerca a ellos y no puede evitar hacer una mueca con su rostro al reconocer a Gautier. Rueda sus ojos. -Iba todo perfecto hasta aquí sin verte- le dice, a modo de saludo. Por qué? No lo sabía, solo lo tendría que soportar.

Sonrie ampliamente al ver el reencuentro. - ¿No es lindo que estemos todos en el mismo lugar? - Pregunta inocente, tranquila.

- Oh si, hermoso..- dice en frances, con ese sarcasmo cortante y siempre propio de su persona, sin siquiera poner atención en Mischa.

-También es un gusto verte, Gautier- susurra, irónica al máximo, alzando una ceja.

- Dile a tu hermana que yo no estoy mucho mas feliz de verla que ella a mi..- le dice a Paz, comenzando ese juego infantil y estupido de siempre.

Rueda sus ojos, realmente no habñia cambiado. -Sigues siendo el mismo crío de siempre- susurra, demasiado bajo, sonriendo de lado. -Paz, necesito hablar contigo- le dice a su hermana ahora, ignorando a Gautier.

- Y tu la misma odiosa y yo no ando de quejona..- le dice con esa distancia de siempre- te dejo con tu bruja hermana, pequeña..- revuelve el cabello de Paz, saliendo de allí a paso lento, por la rodilla.

-Rengo y anti-social. Una combinación que te sienta, Gautier- contraataca a la distacia, cruzándose de brazos y sonriendo de lado. Niega con la cabeza, viéndolo caminar. Sabía que se pondría MUY insoportable por su lesión.

Se ríe suave. Ama las peleas de ambos, le causan cierta gracia. Acomoda su cabello, niña. - Adiooos - Se despide con una sonrisa y un saludo con su mano, pequeñita. Ahora dirije su mirada a su hermana, calma. - ¿Qué ocurre? - Ahora deja de hablar en francés, más comoda inclusive.

-¿Sabías que Koda está aquí?- murmura, directa, como siempre.

Frunce los labios, mirando a cualquier lado. - Ahm... puede que haya escuchado algo - Murmura sin ser concreta, vueltera.

La mira, alzando una ceja, y cruzándose de brazos. -Lo has visto- era una afirmación y no una pregunta.

- No fué intencional, lo juro! - Murmura rápido, asegurandose de que no vaya a regañarla o algo de eso como acostumbra a hacer en pocas ocasiones.

Rueda sus ojos, sin decirle nada. Luego hablaría con Koda.

- Enseeeeerio - Insiste con voz suave, inocente, convincente. Toma las manos de su hermana, entreteniendose a jugar con ellas, niña.

La mira, sin decirle nada. Ella sabía como podía convencerla, era su debilidad. -Te creo, pero ten cuidado Paz- le dice, reprimiendo una sonrisa.

- ¿Cuidado? Claaro - Le asegura sonriendo ampliamente. - ¿De qué? - Agrega frunciendo levemente el ceño, entretenida con sus manos.

Ríe suavemente, divertida por su inocencia extrema. -Eres demasiado inocente, mon amour- le susurra, besando su frente.

Arruga leve la nariz ante ese gesto, infantil. - Claro, claro - Murmura aunque aún no comprende de que debe cuidarse.