Simplemente se pasea por el lugar recorriéndolo todo con la mirada, curiosa y distraída. - C'est toi qui m'a fait Devenir un peu divine - Canturrea sonriendo niña, como siempre. Le encanta Alizèe desde que escuchó su primera canción, pero no es fanática tampoco.

Iba con su ipod en los oidos, directo a su habitación, había tenido la suerte o desgracia de que su habitación fuera compartida con su viejo amigo, Koda. Aunque desde que había arrivado no lo había podido ver ya que nunca coincidian, ni para dormir.

Sigue cantando su canción casi pegadiza, ajena de todo lo demás. Tiene una enorme facilidad para distraerse, lo que le encanta en más de una ocasion. Camina en un andar elegante, danzarín.

Hace una mueca, llevando sus manos a sus bolsillos, llevaba el cabello algo humedo, estaba recién salido de una ducha caliente. Decide dejar su encuentro con Koda para luego, mientras se dedica a buscar una cocina o algo que comer.

Sigue en ese andar, casi dando saltitos a cada paso, despreocupada de las miradas curiosas de algunos, la mayoría acostumbrados a esa alegría tan grande que siempre posée sin importar la situación que sea.

Alcanza a reconocer a Isaac, porque así prefiere llamarlo. No se acostumbra a su primer nombre aún. - Monsieur Gautier - Murmura lo suficiente para que lo escuche con o sin auriculares, en un perfecto acento francés. En menos de treinta segundos ya está parada detrás de el, niña.

Iba tarareando muy suavemente, nadie podría asegurar lo que él decia por el tono bajo de su acción. Oye un molesto chillido y lo ignora, luego deduce que alguien le abía gritado su apellido, solo ruega que no sea..

Paz.

Hace una visible mueca cuando la encuentra a sus espaldas con esa sonrisa peligrosa en los labios.

- Antes de que intentes nada..- da dos pasos hacia atrás, caminando de nuevo para donde las cocinas. Siempre era desagradable.

- Siempre con ese carácter tan propio de tí - Murmura llendo detrás de el ahora en un paso lento, manteniendo considerable distancia pero no demasiado. La justa y necesaria, ni más ni menos.

- Sonríe, la vida es genial - Sonrie niña al decir esto. Siempre se lo repite a todo mundo. Pareciera que la vida siempre le sonrie a ella, aunque sea realmente todo lo contrario.

Odiaba cuando ella lo seguia y lo acechaba con su platica sobre lo positivo y bello de la vida, realmente lo aburria oceanos. Voltea de nuevo y alza una ceja, al parecer ella no sabia cuanto le sonreia a él la vida.

- Estoy lesionado de la rodilla, la vida no me sonrie como a ti..- protesta, con ese tono fuerte e imperativo

Suspira, sin inmutarse siquiera. - Tienes.. millones, de cosas que hacer en este tiempo sin poder jugar - Explica con toda la tranquilidad que puede poseer esa pequeña rubia.

La mira más ceñudo, en momentos así la odiaba profundamente.

- No quiero hacer otra cosa..- musita, con ese tono enojado y determinante.

- Aprender español, es un buen comienzo - Le resta importancia a lo que él le dice, pero no le gusta verlo tan amargado como siempre sin hacer nada por una lesión en la rodilla que probablemente se curaría en cuestión de meses.

- Ser culpado de tu asesinato es una opcion mejor..- le asegura, con ese humor seco y cortante, digno de un asesino en serie. La mira con los brazos cruzados y su espalda contra la pared.

- Puede ser, puede ser - Despreocupada, encogiendose de hombros sin problema alguno, más que acostumbrada a su humor tan, diferente. - Aunque es más útil para tí que aprendas español, sino no te servirá de nada venir aquí - Insiste en ello porque sabe que tiene razón.

- Solo lo hago porque se lo prometí a las niñas, sino estaría en mmi Francia..- le asegura, echandose contra una pared, con ese aire de constante desagrado por las personas.

- Te aseguro que ellas no quieren que seas un apartado social por el simple hecho de no querer aprender a hablar siquiera unas palabras de otro idioma - Ya no está bromeando ni nada de eso. Ese tono aniñado desaparece cuando habla de temas serios. Ella es amiga de sus hermanas y las conoce bien casi podria decirse.

Realmente Paz er odiosa, odiosa, odiosa. La mira de mala manera, apartando su mirada, manteniedose contra la pared, no aceptaba consejos de nadie, y eso no era novedad.

- No es asunto tuyo el por qué de mi estadía aqui..- murmura como siempre a la defensiva.

- Lo sé y no voy a insistir para que me cuentes - Como si eso fuera un alivio para el. Oh, esperen. Lo es. Lo señala con el dedo indice, justo en el pecho sin hacer presión alguna. - Tú estás comportandote como un niño al comportarte como te comportas - Recrimina hablando pausado.

Oh Dios, que alguien se compadeciera de él o de veras mataría a la latosa de Paz, pone los ojos en blanco, aguardando por un milagro, sigue sin mirarla, restandole atención a sus replicas.

- Y eso qué? No hables como si te interesara en algo, Paz..- le dice con ese malhumor y tono completamente cerrado suyo.

- No seré tu amiga, pero tu si éres mi amigo, aunque no quieras - Esa es la verdad, no le importa demasiado lo que su amargado humor diga. - Si no te interesa, allá tu - Se encoge de hombros al decir esto último. Ahora habla enserio. La niñez que lleva siempre, la dejó al comenzar la conversación.

Y ahora tenía una amiga? Oh si, estaba jodido, la mira con una ceja alzada y esa expresion de peligro, siempre malvado con el resto.

- Allá yo..- asiente, dandole la razon sabiendo cuanto la picaria aquello.

- Tooonto - Sin darse cuenta, esa plática de franceses se volvió llamativa para los ojos y oídos curiosos de muchos que, a lo lejos, estan atentos a ellos tratando de decifrar lo que hablan. Ella les resta importancia.

- Encantador, cabron y muy orgulloso..- completa con naturalidad, sin inmutarse en lo más minimo ante el comentario de ella, menos aun por lo que podian llegar a escuchar los demas.

- Pongo en duda lo primero - Asegura, arrugando leve la nariz. Un gesto más que conocido en ella. Es taaaaaaaaaan molestosa que contagia.

- Odiosa..- susurra suavemente, acmodando su espalda de nuevo, sintiendo esa molestia de siempre ante superficies muy duras.

- Anti sociaal - Contraataca, con ese tono aniñado en la voz regresando. Se cruza de brazos, mirándolo casi fulminante.