- Confío en ti Lilah. Sé que jamás harías algo con Koda. Sería extremadamente raro e hiriente, para ti, para mi y para tu dignidad.. - Bromea tranquila en esto ultimo. - Ya debo irme, voy a.. leer - Miente, busca la canción en la caja y no la deja hablar, sino que sale de ahí con rapidez.

Vaya, al parecer le había leído el pensamiento. Y no, jamás haría nada con Koda, pero sí había metido minímimente la pata. La observa salir, quedándose allí un buen rato más. Ni siqueira presta atención a que aún viste su pijama. Sale de allí, sin rumbo alguno.

Después de ese encuentro con Koda, llega a su habitación, con la buena suerte de no encontrar allí a Lilah. Arma rápido las maletas, con toda su ropa. Tres días no son suficientes para ella. Sale de allí, apresurada.

Vuelve a su lugar de origen, después de haber recorrido prácticamente toda la academia en busca de Bram. Va directo a sentarse a su cama, cansada, pero nota algo extraño en el ambiente. No sabe cómo ni por qué, pero puede percibirlo. Mira hacia la cama de Paz, luego a su armario. Y su boca se abre por demás al ver sus puertas abiertas, casi vacío. No, aquello no podía ser cierto. Pucherea cría, incorporándose de golpe. llamándola en voz alta, a pesar de que está más que segura de que no está allí, y que tampoco estará esa noche o la siguiente.

Pucherea cría. Va hacia su placard, sacando lo que necesita para ese momento. Se cambia tan rápido como puede, queriendo salir de allí.

Mira por última vez la habitación, saliendo de allí, sin rumbo alguno.

Apoya su espalda en la puerta, abriendola.
La deja sobre su cama

Ésta vez no es como la anterior, sino que se queda tal y como la dejó. Se remueve un poco, acomodandose delicada.

Tenia esa mala costumbre de irse sin dejar rastro, siempre, y probablemente hoy no fuerra la excepcion.
La tapa a penas y camina hasta la puerta

Acomodada en el lado derecho de la pequeña cama, lo busca suave con una mano en ese espacio vacío, dormida.

Se para a medio camino y la observa. Tan solo la observa no hace nada mas.

Frunce apenas el ceño, resignandose a que no está ahí o eso cree saber. Se abraza a la almohada, profundamente dormida. Cualquier persona que la vea puede considerarla realmente perezosa al dormir tanto.

Retrocede en sus pasos y se sienta en al silla cercana a al ventana, viendo hacia alla

- No te vayas con ella..- Musita en sueños, teniendo esa nueva pesadilla. Se aferra más a la almohada, como si ésta fuera Koda y se quisiera ir.

Desvia a penas la mirada de afuera para mirarla a ella
Frunce el ceño

Se remueve apenas, incómoda. Se suelta de la almohada, tirandola a un lado de la cama, sutil.

Realmente no sabe que es lo que quiere.
Esta perdido completamente.
Se queda mirandola como si en su sueño encontrara la respuesta a todo

Haga lo que haga, sigue tapada aunque duda que por mucho tiempo. Quiere despertar pero raramente no puede hacerlo, niña.

Se levanta con mucho ruido y se mete al baño, encerrandose ahi.
LLena el lavamanos de agua hasta el topey sumerge la cabeza un par de segundos.

Se despierta sobresaltada, pero sin emitir ruido de más. Pasea una vez la mirada por la habitación pero no lo encuentra, probablemente solo fué producto de su sueño/pesadilla. Calma su respiración levemente agitada, restregandose suave los ojos.

Saca la cabeza del agua y la sacude como si no hubiera estado apunto de ahogarse segundos antes.
Vuelve a sumergir la cabeza, abriendo los ojos bajo el agua

Definitivamente necesita un baño ahora mismo, relajarse es lo mejor ahora. Es jodidamente distraída, por lo que piensa que lo del jardín y su habitación, fué un simple sueño y se quedó dormida de casualidad en su propia cama.

Se levanta, busca una toalla en el placard y se desviste allí mismo, como si nada. Se envuelve en la toalla e inmediatamente se dirige al baño. Abre la puerta sorprendiendose notablemente al verlo. - ¿Qué se supone que haces? - Pregunta arqueando ambas cejas, olvidandose por un segundo en las condiciones en que se encuentra.

Saca la cabeza del agua, bruso y escupe toda el agua en el espejo.
Alza una ceja, mirando como estaba "vestida".- intentaba pensar, pero si de paso me ahoga hubiera sido genial.- murmura distraido

- No digas eso.. - Musita, frunciendo apenas el ceño. - ¿Pensar así? - Pregunta curiosa, calma. Realmente no hay dos como ella, y si lo hubiera, seria muy desastroso.

Asiente con una sonrisa ladeada, niño.
No habian mejores formas de hacerlo pensar que meterse en agua o pararse con las manos.